10 sitios que visitar en Bélgica

Bélgica es un país pequeño en tamaño, pero inmenso en historia, arte, cultura y gastronomía. Entre sus ciudades medievales, sus castillos de cuento y su vibrante vida moderna, ofrece experiencias para todo tipo de viajeros. Además, su ubicación en el corazón de Europa lo convierte en un destino perfecto para una escapada de varios días o como parte de un recorrido más amplio por el continente.

En este artículo descubrirás 10 sitios imprescindibles que visitar en Bélgica, con información práctica, historia y consejos para que tu viaje sea inolvidable.

1. Bruselas y su icónica Grand Place

La capital de Bélgica es también la capital administrativa de la Unión Europea. Bruselas combina la elegancia de la arquitectura clásica con un ambiente cosmopolita y dinámico.

El corazón de la ciudad es, sin duda, la Grand Place (Grote Markt), una de las plazas más bellas del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Está rodeada de edificios históricos como el Ayuntamiento, la Casa del Rey y las antiguas casas gremiales que muestran la riqueza de la ciudad en el siglo XVII.

No te pierdas el Manneken Pis, una estatua de apenas 65 centímetros que se ha convertido en símbolo de la ciudad. Y si buscas arte contemporáneo, visita el Museo Magritte, dedicado al surrealista belga René Magritte.

Consejo viajero: disfruta de una cerveza belga en alguna de las terrazas de la Grand Place al caer la tarde. La iluminación nocturna hace que el lugar sea aún más mágico.

2. Brujas, la Venecia del Norte

Pocas ciudades en Europa conservan un aire medieval tan auténtico como Brujas (Brugge). Sus canales, calles adoquinadas y fachadas góticas la convierten en un lugar de ensueño.

El Belfort, una torre campanario de 83 metros, ofrece vistas impresionantes sobre la ciudad. También vale la pena pasear por el Begijnhof, un conjunto de casas blancas habitadas en su origen por mujeres beatas.

Un paseo en barco por los canales de Brujas es una de las mejores maneras de descubrir sus rincones ocultos. Y, por supuesto, no te olvides de probar un gofre belga en alguna de sus plazas.

3. Gante, la ciudad universitaria con alma medieval

A solo media hora de Brujas se encuentra Gante (Gent), otra joya flamenca menos turística pero igualmente fascinante. Su casco antiguo está dominado por tres torres: la Catedral de San Bavón, la Iglesia de San Nicolás y el campanario Belfort.

La catedral alberga el Políptico del Cordero Místico, una de las obras maestras de la pintura flamenca. También merece la pena visitar el Castillo de los Condes de Flandes (Gravensteen), una fortaleza del siglo XII que transporta a otra época.

Gante tiene además un ambiente joven y animado gracias a su universidad. Sus bares a orillas del río Lys son ideales para disfrutar de una cerveza trapense en un entorno vibrante.

4. Amberes, la capital de los diamantes y del arte

Amberes (Antwerpen) es una ciudad moderna y dinámica, famosa por ser uno de los mayores centros de comercio de diamantes del mundo. También fue el hogar de Peter Paul Rubens, cuyo legado artístico se puede admirar en la Casa de Rubens y en la majestuosa Catedral de Nuestra Señora.

El puerto de Amberes es uno de los más importantes de Europa, lo que le da a la ciudad un aire cosmopolita. El barrio Zuid es perfecto para los amantes del arte contemporáneo y la moda, mientras que la Estación Central de Amberes es considerada una de las estaciones de tren más hermosas del planeta.

5. Lovaina, el corazón universitario de Bélgica

Si buscas un ambiente joven, multicultural y lleno de energía, Lovaina (Leuven) es tu lugar. Aquí se encuentra una de las universidades más antiguas de Europa, fundada en 1425.

La Biblioteca Universitaria, reconstruida tras la Primera Guerra Mundial, es un símbolo de resiliencia. También destaca el Ayuntamiento de Lovaina, con una fachada gótica ricamente decorada que sorprende a todo visitante.

Lovaina es famosa por ser la sede de Stella Artois, una de las cervezas belgas más conocidas a nivel internacional. Sus tabernas y terrazas siempre están llenas de estudiantes y viajeros.

6. Malinas, una joya escondida entre Bruselas y Amberes

Menos conocida que otras ciudades flamencas, Malinas (Mechelen) es un destino perfecto para quienes buscan un lugar auténtico y sin multitudes.

La Catedral de San Rumoldo destaca por su imponente torre de 97 metros, desde la cual se puede ver incluso Bruselas y Amberes en días despejados. También es interesante visitar el Palacio de Margarita de Austria, que refleja la importancia política de la ciudad en el siglo XVI.

Malinas es además un lugar muy familiar, con museos interactivos como el Technopolis, ideal para viajar con niños.

7. Namur, la capital de Valonia

En la región francófona de Bélgica se encuentra Namur, una ciudad tranquila y encantadora, situada en la confluencia de los ríos Sambre y Mosa.

Su principal atractivo es la Ciudadela de Namur, una fortificación que domina la ciudad y ofrece unas vistas espectaculares. Pasear por su casco antiguo es descubrir plazas acogedoras, iglesias barrocas y pequeños cafés.

Namur es además un excelente punto de partida para explorar el Valle del Mosa, una de las zonas naturales más bellas del país.

8. Dinant, la ciudad de Adolphe Sax

A orillas del río Mosa se levanta Dinant, una de las ciudades más pintorescas de Bélgica. Su imagen más icónica es la de la Colegiata de Notre-Dame con su cúpula bulbosa, al pie de un acantilado coronado por una ciudadela.

Dinant es también el lugar de nacimiento de Adolphe Sax, el inventor del saxofón. Existe un museo en su honor, y a lo largo de la ciudad verás esculturas de este instrumento musical.

El entorno natural de Dinant es perfecto para los amantes de la aventura: kayak en el río Mosa, senderismo y excursiones por las grutas cercanas.

9. Mons, capital europea de la cultura

Mons (Bergen en neerlandés) ganó notoriedad internacional en 2015, cuando fue designada Capital Europea de la Cultura. Su Grand Place es un espacio animado lleno de cafés y restaurantes, presidida por el Ayuntamiento gótico.

Uno de los símbolos más curiosos de la ciudad es el Mono de Hierro, una pequeña estatua junto al Ayuntamiento. Se dice que acariciarlo trae buena suerte.

Mons también alberga museos interesantes, como el BAM (Museo de Bellas Artes) y el Mons Memorial Museum, dedicado a la historia de las guerras mundiales.

10. Lovaina la Nueva y el Museo Hergé

En la región de Valonia se encuentra Louvain-la-Neuve (Lovaina la Nueva), una ciudad universitaria creada en los años 70. Su atractivo principal para muchos visitantes es el Museo Hergé, dedicado al creador de Tintín.

El museo ofrece un recorrido interactivo por la vida y obra del famoso dibujante belga, con originales, bocetos y objetos personales. Para los amantes del cómic, es una parada obligatoria.

Además, Louvain-la-Neuve cuenta con un ambiente juvenil y cultural muy activo, con festivales, conciertos y actividades todo el año.

Conclusión: Bélgica, un país pequeño con mil tesoros

Visitar Bélgica es adentrarse en un país diverso, donde cada ciudad tiene una personalidad propia. Desde la cosmopolita Bruselas hasta la medieval Brujas, desde la vibrante Amberes hasta la tranquila Namur, Bélgica ofrece una riqueza cultural y natural difícil de igualar.

A pesar de su tamaño reducido, es un destino que puede sorprender en cada esquina: ya sea con una cerveza artesanal, un museo único o un paisaje de ensueño. Si tienes la oportunidad, dedica al menos una semana a recorrerlo y descubrir estos 10 sitios imprescindibles que visitar en Bélgica.

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